viernes, 27 de enero de 2012

De chapuzones

Al día siguiente, después del cansado día anterior, Carlota y yo volvimos a quedar por la mañana, ya que habían venido unos amigos suyos de Santander, y querían dar un paseo por el Retiro.
Llegamos, tomamos un helado, y sin pensarlo dos veces nos montamos en las barquitas, a pasar un rato con sus primos. Lo cierto es que  no acabó como esperaba. Intentamos pasarlo tan bien, que en un empujón, Carlota calló al agua, y subió cabreadísima de nuevo en ella, calada y llena de la suciedad que tenia el agua.

Fuimos a casa de Ana, que vivia al lado del Retiro para que pudiera cambiarse. Cuando se le pasó el enfado, calles más abajo llegamos a nuestro querido y agradable Peggy Sue's. Comimos allí tranquilamente y en un ambiente muy agradable. Claro. Agradable hasta que llegó de nuevo el momento de pasarselo bien. Y debido a otro casual empujón, la botella de ketchup fue a parar a la falda limpia y recién puesta de Carlota. Un show.

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